El aprendizaje temprano tiene lugar durante el periodo de tiempo que va desde el nacimiento hasta aproximadamente los 3 años (edad promedio en la que los niños ingresan al preescolar). Durante este tiempo los niños aprenden por primera vez a interactuar con los demás, ya sean padres, maestros u otros niños, a su vez, los niños comienzan a desarrollar intereses que permanecerán con ellos durante toda su vida. De acuerdo con la Dra. Jessica Alvarado de la Universidad Nacional de Estados Unidos de América, el objetivo de esta etapa es el desarrollo integral de las necesidades sociales, emocionales, cognitivas y físicas de un niño con el fin de construir una base sólida y amplia para el aprendizaje y el bienestar a lo largo de toda la vida.
El informe, La infancia importa para cada niño (UNICEF, 2017), nos habla de cómo el cerebro de un niño no nace tal y como es, sino que se va desarrollando, sobre todo en los primeros años de vida. Este proceso comienza antes del nacimiento e implica una compleja interacción de las conexiones neuronales que van formándose a partir de la experiencia y el entorno. Estas conexiones se producen a gran velocidad en los primeros años de vida y no vuelven a repetirse de tal manera, estableciendo así, una base para el desarrollo que ayudará a los niños a crecer, aprender y progresar. Para lograr que este proceso se potencie al máximo es necesario una nutrición adecuada, la protección contra el daño y la estimulación positiva.
Es por ello que el aprendizaje temprano es fundamental para el desarrollo cerebral ya que mediante este proceso el niño adquiere sus habilidades físicas, motrices, cognitivas, sociales, emocionales y lingüísticas básicas. Estas habilidades le permiten pensar, resolver problemas, comunicarse, expresar emociones y tejer relaciones. Sientan las bases de la vida adulta y preparan el camino para gozar de la salud, el aprendizaje y el bienestar.
Los niños que han tenido un aprendizaje temprano son más asiduos a desarrollar las siguientes habilidades en los primeros años de la educación escolar: escuchar y comprender, vocabulario aumentado, establecer conversaciones con base en oraciones completas, desarrollo de la lecto-escritura y pensamiento matemático anticipado, iniciación a la investigación y pensamiento científico, resolución de problemas y por último, generan una mayor comprensión de las personas que los rodean, lugares y entornos.
Aprender jugando es la mejor manera de desarrollar el aprendizaje temprano en los niños, ya que de esta manera potencializan sus características natas como lo son la curiosidad, la observación, adaptabilidad e identificación. A través de LEGO® Education™ podemos encontrar diferentes soluciones para impulsar el aprendizaje a través del juego a la vez que vamos introduciendo a nuestros niños en el desarrollo de las disciplinas STEAM. Está comprobado que los niños que logran desarrollar un aprendizaje temprano tienen un mayor desempeño e interés en estas disciplinas (ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas) desde los primeros años de la educación escolar y posteriormente logran tener un mayor impacto en estas habilidades en la edad adulta.
Es importante mencionar que no existe un tiempo definido para lograr un objetivo, cada niño tiene su propio ritmo y su propio tiempo para desarrollar diferentes habilidades. Lo más importante es tener paciencia y no se debe presionar ni comparar con el desarrollo de otros niños de edad similar. La intención del aprendizaje temprano es ofrecer al niño actividades que esté preparado para superar y así aumentar su confianza en sí mismo y autoestima.